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Educar a los niños en el manejo del dinero

Educar a los niños en el manejo del dinero no solo les enseña a ahorrar, sino también a darle un valor diferente a las cosas que obtienen.

Si le das todo lo que piden jamás aprenderán sobre el valor de lograr un objetivo con algo de esfuerzo. El insistir y ponerse a llorar hasta lograr lo que quieren no es el mejor camino. Asumir desde temprana edad la responsabilidad de administrar una pequeña cantidad de dinero por semana, hará que aprenda a ahorrar y a estimar mucho más todo aquello que pueda comprar.

Tienen que aprender que el dinero no es un bien ilimitado. Un modo es darles a elegir entre dos cosas que ellos quieran tener, argumentando que puedes gastar en uno o en el otro, no en ambos.

Si le das una mensualidad, y después les compras todo lo que quieren, no sirve para nada. No aprenden a administrar. El concepto esencial de la economía es que todos los bienes son escasos. Tomando conciencia de ese límite, se puede manejar mejor.

Para un niño, el límite es una determinada cantidad de dinero por semana. Si quiere comprar algún juguete, tendrá que ahorrar para conseguirlo, y si lo hace, seguro no lo va a tirar o romper a los dos minutos porque invirtió algunas semanas sin gastar para obtenerlo.

El maltrato verbal al que están expuestos los niños

El maltrato al que están expuestas algunas mujeres, lamentablemente no es una novedad, y seguimos abogando para que ya no suceda. Cuando se habla de maltrato, por lo general pensamos en golpes de puño, pero existe un maltrato tanto o más poderoso y humillante, que es el maltrato verbal, sin que por ello estemos hablando solo de los insultos.

También es cierto que por lo general, cuando hablamos de maltrato, pensamos en la violencia que ejerce el varón sobre la mujer, y en una menor proporción, en sentido inverso.

Todo esto es cierto, es terrible y no tiene ningún tipo de justificativo. Ahora bien, prestamos atención al maltrato verbal que reciben los niños a diario?

Recibí un mail, que pretende ser gracioso, y de hecho, reconozco haber esbozado una sonrisa, pero al mismo tiempo me ha hecho pensar en las veces que hemos escuchado estas cosas cuando éramos niñas, e incluso, siendo madres, alguna que otra hemos dicho, sin ser plenamente consientes de sus consecuencias.

Transcribo algunas de ellas con la sola intención de que podamos reflexionar.

Todo lo que siempre necesité saber, lo aprendí de mi Madre:

-Mi madre me enseñó a APRECIAR UN TRABAJO BIEN HECHO:
«Si se van a matar, háganlo afuera. Acabo de terminar de limpiar!»

-Mi madre me enseñó RELIGIÓN:
«Reza para que esta mancha salga de la alfombra.»

-Mi madre me enseñó RAZONAMIENTO:
«Porque yo lo digo, por eso… y punto!!!!»

-Mi madre me enseñó IRONÍA:
«Tú sigue llorando, y vas a ver como te doy una buena razón para que llores de verdad.»

-Mi madre me enseñó técnicas de ODONTOLOGÍA:
«Me vuelves a contestar y te estampo los dientes contra la pared!!!»

-Mi madre me enseñó BIOLOGÍA:
«¡Tienes menos cerebro que un mosquito!»

-Mi madre me enseñó RECTITUD:
«Te voy a enderezar de un tortazo!!!»

Adolescentes que se cortan así mismos la piel

Se da tanto en varones como en chicas. Esta práctica se llama cutting, risuka o self injury, y quienes la practican, se producen heridas superficiales con cualquier objeto cortante.

Es alarmante ver que cada vez más adolescentes se cortan así mismos la piel, para tratar de mitigar un dolor emocional. No buscan el suicidio, simplemente buscan algo afilado y se cortan en diferentes partes del cuerpo, principalmente en la zona de las muñecas, muy cerca de las venas, para aliviar el dolor y sentir placer.

En algún momento se asoció a la práctica de algunos jóvenes pertenecientes a algunas tribus urbanas, pero su hábito se extendió e incluso hay páginas y foros en Internet, donde intercambian experiencias y formas de cutting.

Al principio son cortes pequeños y se los producen ocasionalmente. Luego la práctica se hace más frecuente y con cortes más grandes. Por lo general, quienes hacen esto son personas retraídas, que les cuesta expresar lo que sienten, están siempre a la defensiva y son bastante solitarias.

El daño físico es irreversible, dado que las cicatrices raramente desaparecen. Esto sin mencionar los riesgos a los que se exponen, cuando se cortan con elementos oxidados o contaminados.

Termina tornándose en una adicción con todas sus características. Al principio hay una negación de la problemática, y poco a poco, el producirse cortes, se va transformando en una necesidad incontrolable.

El adolescente tiene que saber que ningún dolor, ni ninguna experiencia traumática se soluciona con esta práctica, y que existen otros modos de abordar los problemas típicos de la edad. Padres, familiares y amigos deben estar alerta ante estos casos, para así poder ayudarlos.

Las actividades extraescolares de nuestros hijos

Las actividades extraescolares contribuyen a la formación integral de nuestros hijos, pero sobrecargarlos con ellas termina siendo perjudicial.

Un estudio demostró que el 73% de los niños en escolaridad primaria, y el 62% en escolaridad secundaria practican deportes como actividad extra escolar. Le siguen los idiomas, la informática, música y danza. Y en la mayoría de los casos, sobre todo en niños de primaria hacen más de una actividad.

Conozco muchas mamás que envían a sus hijos a un sinnúmero de actividades cuando ellos salen de la escuela. Algunas, con la intención de darles más y mejores oportunidades, los envían a toda clase de actividades, aun a aquellas a las que sus hijos no prestan interés en lo más mínimo; otras sencillamente, porque no saben qué hacer con ellos en casa.

Es importante organizar el horario libre de los chicos, pero es igualmente importante cederles tiempo y espacio para jugar, estar con la familia y amigos, o descansar.

Para que las actividades extraescolares resulten efectivas, hay que tener en cuenta los intereses, capacidades y necesidades de un niño. Algunas veces, la orientación de sus profesores puede ser útil a la hora de elegir una actividad.

Motivar a los chicos a desarrollar una tarea de este tipo tiene que dejar de lado nuestros propios gustos o preferencias. Si bien el rol de un adulto es orientarlo, muchos niños terminan haciendo lo que a sus padres les hubiera gustado hacer a su edad.

Sin lugar a dudas, un niño que realiza actividades fuera del horario escolar tiene un mejor rendimiento académico que uno que no desarrolla ninguna actividad, pero sobrecargar la jornada de un niño puede ocasionar fatiga, falta de concentración o estrés.

Temores que nos acechan como padres de adolescentes

La adolescencia de los hijos es un verdadero desafío para nuestra condición como madres y padres.

Una de las primeras cosas que debemos aceptar es el hecho de que ellos no serán seguramente como a nosotros nos hubiera gustado. Están formándose como individuos y empiezan a despegarse de nosotros.

Ese despegue, sin embargo, necesita seguridad y orientación. Aunque a veces parezca que los molestamos, que prefieren tenernos lejos, que los avergonzamos, que creen que no sabemos nada, los adolescentes necesitan sentir que les prestamos atención, que nos importan.

Aunque no lo admitan somos sus referentes, y nuestras conductas, nuestro modo de vivir, nuestros valores, la forma en que nos relacionamos con los demás (respetándolos o no, valorándolos o no) son ejemplo y les sirve para desarrollarse interiormente y para un mundo complejo.

Hay una gran lista de temores que nos acechan como padres de adolescentes: miedo a que se convierta en drogadicto, a que sufra accidentes graves o fatales, a contraer sida, a que esté deprimido (porque duerme casi todo el día) a que sea padre o madre adolescente, a las malas compañías, a que haga algo peligroso o ilegal para conseguir dinero para comprar algo que se le ha negado, etc, etc, etc.

Por más turbulenta que resulte la adolescencia, es solo una etapa transitoria de la vida. Llegará a su fin de la manera más armoniosa posible en la medida en que hayamos estado presentes, orientando, corrigiendo, enseñando a través de nuestras propias actitudes y poniendo límites. Límites que necesitan y deben ser puestos con firmeza, con respeto, con cariño y absoluta constancia.

La elección de la mascota ideal para tu hijo

Además de incorporarse a la vida familiar, una mascota es una excelente compañía para los niños, además representa una de sus primeras responsabilidades. Al darle de comer o beber, al jugar con ella, al sacarla a pasear, los niños aprenden a valorarla como miembro de la familia.

La elección de la mascota ideal depende de las posibilidades de tiempo y espacio del grupo familiar. Si es el primer animal en la casa, la mejor opción es un perro, ya que su adaptación resulta más simple que la de un gato, que al ser más solitario e independiente, tarda más en acostumbrarse al ritmo del hogar.

Conviene adquirir un cachorro de tres meses de vida como mínimo, para que la separación con su madre no sea drástica. Una vez que el nuevo compañero está en casa, es preciso enseñarle, con total claridad, códigos tales como dónde comer, dónde dormir y dónde hacer sus necesidades.

Estimularlo a tener una buena conducta e indicarle qué está bien y qué no, no solo educa a la mascota, también los niños aprenden a través de sus mascotas a respetar los límites.

Las razas más apropiadas son:

Perro salchicha (Dachshund): Es un perro muy amistoso y compañero con la familia y los niños.
Boxer: No sólo son amistosos sino cuidadores.
Labrador y Golden Retriever: Son muy juguetones y de buen carácter. Son amaestrables, nobles y activos
Dálmata: Es un perro que le encanta a los niños. Necesita ejercicio porque es muy activo, pero requiere un aseo mínimo.
Beagle: Necesita ejercicio para no aburrirse.
San Bernardo: Es un perro gigante, pero es muy noble y cariñoso con los niños.

Más juegos para niños

Aquí tenemos más juegos para niños.

Una sorpresa con ritmo: Para este juego deberás tener previsto un regalito. Envuelve el regalo con muchas capas de papel. Puedes intercalar un caramelo o alguna otra golosina en alguna que otra capa.

Los niños deben sentarse en círculo y se le entrega el paquete a uno de ellos. Pones música, y el paquete debe empezar a pasar de mano en mano por cada uno de los niños. Cuando haces detener la música, aquel niño que tenga el paquete en la mano quitará una capa de papel.

Aquel que se encuentre con la golosina, podrá quedársela. La música se reanuda con cada desenvoltura quitada y el paquete sigue pasando de manos hasta el final, hasta que se hayan quitado todas las capas de papel. El niño que destapa el regalo, se queda con él.

Atravesando el río: Este juego es ideal cuando hay una reunión con muchos niños. Debes formar dos equipos. Al primero de cada uno de los equipos, le entregarás dos hojas de papel, si son cartones, mejor.

Estos cartones serán las piedras que cada niño utilizará para poder “atravesar el río”.

Se le explica a los niños que para poder “cruzar el río” deben poner los cartones delante de sus pies, e ir pisando “las piedras” hasta llegar al otro lado del río. Aquel que pierda el equilibrio o se confunda y se salga de sus piedras deberá volver a comenzar.

Una vez atravesado el río, el niño correrá hacia su equipo y entregará “las piedras” para que el participante siguiente pueda cruzar. El primer equipo en cruzar el río gana.

Tu hijo/a invitó a amigos para jugar en casa

Tu hijo/a invitó a amigos para jugar en casa. Puede ser cualquier tarde o para un evento especial como su cumpleaños.
Te voy a comentar algunas sugerencias para entretener a un grupo de niños, cuando el aburrimiento se instala, o para cuando es bueno interrumpir el alboroto, y puedas recuperar tu salud mental!! Ja ja ja!

Percibiendo sabores con la nariz

El olfato nos ayuda a distinguir entre un alimento y otro, en especial si se trata de alimentos con una textura similar. Este juego es una excelente excusa para reírse mucho y ayudar a los niños a descubrir la importancia del sentido del olfato.

Vas a necesitar:

  • Algo como un pañuelo para tapar los ojos.
  • Un broche de los que se usan para tender la ropa, para que se tapen la nariz.
  • Alimentos para degustar, como caramelos de goma de distintos sabores, trozos de frutas y vegetales, o diferentes tipos de yogures y postres cremosos.
  • Una cuchara
  • Un vaso con agua

Cada niño a su turno, se tapará los ojos y colocará un broche en su nariz. Probará un alimento a la vez y tendrá que identificar su sabor, mencionando qué alimento es.

Luego con los ojos y la nariz destapados, volverán a probar los alimentos para reconocer el verdadero sabor.
Te aseguro que se van a divertir !!

Comenta con tus amigas si te da resultado.